Este objeto permite imaginar el mundo desde la perspectiva de otros y experimentar nuevas formas de actuar y de sentir. A través de los zapatos, cada uno puede comprender de forma práctica que su punto de vista no es el único y que siempre existen distintas versiones de una misma historia. Ponerse en los zapatos del otro permite matizar las opiniones y crear ambientes en los que el diálogo y el respeto se conviertan en la regla para relacionarse con los demás. Con estos zapatos se pretende forjar una cultura en la que el entendimiento del otro se convierta en un reflejo del cotidiano y en un valor fundamental. A partir de su uso recurrente, se busca solucionar algunos de los detonantes de conflictos que vivimos a diario y que se relacionan, directa o indirectamente, con la falta de empatía.