Educación en emergencias, UNICEF

«Somos nosotros los encargados de ayudar a canalizar las emociones de los estudiantes para que se sientan en un lugar seguro»

Dina Badillo trabaja como docente desde hace más de 25 años. Hace dos años llegó a la Institución Educativa Juyasirain, ubicada en el municipio de Uribia, La Guajira, donde ha tenido la oportunidad de innovar y crear otras maneras de aprender. Dina es una de las docentes que hemos conocido en el marco del proyecto de educación de emergencias que estamos implementando Unicef Colombia y Click+Clack. Tuvimos la oportunidad de conversar en detalle con ella para profundizar en algunas de sus ideas, metodologías de aprendizaje y reflexiones.

Click+Clack: Profe, ¿por qué llegó a esta institución en Uribia?

Dina Badillo: Llegué a esta institución para cumplir un sueño, el sueño de ser parte de ese grupo de maestras que quieren formar a estudiantes de la zona rural de municipio de Uribia; esos niños y niñas que a veces sienten que no tienen la manera de cumplir sus sueños porque llegan al aula de clase y no se encuentran con un maestro que les brinde apoyo y amor. Mi motivación es esa, que ellos puedan cumplir sus sueños. Yo ya he cumplido el mío.

C+C: ¿Nos puede contar un poco sobre el enfoque transversal que tiene la institución y de qué manera participa usted desde su área de enseñanza?

DB: La institución viene trabajando diferentes proyectos. En este lugar tenemos una granja y desde ahí se trabajan proyectos transversales agropecuarios. A partir de este año se va a profundizar en el tema, se van a mejorar estrategias de cómo llevarle a niños y niñas este conocimiento para que se apropien de este que es su entorno; aquí tenemos internado, entonces los niños pasan mucho tiempo en este espacio. Concretamente, yo he trabajado en un proyecto lector con mi compañero Pedro Córdova, profesor de la institución, literato, escritor. Con él desarrollamos un proyecto que se llama «Ven y cuenta», es de su autoría, pero lo hemos implementado juntos en la institución. Ese proyecto tienen que ver con la integración y es un llamado para que los niños y las niñas cuenten las experiencias que han tenido a partir de la lectura de un libro. El proyecto se implementa desde preescolar, hasta el grado noveno. Tuvimos otro proyecto que se llama «Soy teatrero», espectacular, por medio del cual los niños hicieron dramatizaciones y una cantidad de obras artísticas que llevaron a la representación, también a partir de la lectura de libros.

C+C: Por lo visto, la lectura es muy importante en la institución…

DB: Para nosotros es muy importante que los niños amen la lectura, que amen leer, que se interesen por ver qué hay más allá, que profundicen. Y a partir de eso hemos conseguido que los niños mejoren sus competencias, no solo en el área de lengua castellana, sino de una manera transversal.

C+C: En el marco de las formaciones hemos identificado el peso aparentemente negativo de las redes sociales, los videojuegos, la tecnología. ¿Nos puede contar sobre esto y sobre cómo usted ha convertido lo que aparentemente es un problema en una oportunidad de aprendizaje? 

DB: Para nadie es un secreto que para los docentes mayores, que en esta época de mucha tecnología nos sentimos frustrados a la hora de llevarles algún tipo de contenido a nuestros estudiantes y que se apropien de ello sin sentir que es algo aburrido. Tuve una experiencia en la que estaba explicando qué eran los mapas conceptuales; yo veía a los estudiantes muy distraídos. Entonces, los había escuchado muchas veces hablar sobre un videojuego que se llama Free Fire, del cual había leído algunas cosas… que era peligroso, que en algunas partes lo prohiben. Llamé a uno de mis estudiantes para que me contara más sobre el juego. Pasó al tablero y empezó a explicar cómo se juega el Free Fire armando todo un esquema. Sin darse cuenta, acababa de hacer un mapa conceptual y todos sus compañeros acababan de aprender a hacerlo. Todos estaban contentos porque lo habían logrado. El objetivo fue convertir algo que aparentemente era negativo, tomando de ello los elementos que nos servían para convertirlo en un aprendizaje significativo.

C+C: En el marco de este proyecto trabajamos en otros territorios. ¿Qué le diría a otros docentes de otras comunidades de Colombia acerca de los desafíos de educar en un tiempo como este y en un contexto donde se enfrentan distintas emergencias?

DB: A donde quiera que vayamos siempre vamos a encontrar docentes que por corazón y vocación encuentran la manera de ayudar a sus estudiantes a construir su conocimiento. Nosotros no les enseñamos nada, nosotros estamos aprendiendo más de ellos que ellos de nosotros. Les diría que no pierdan ese amor, esa entereza y empeño para fortalecer siempre el vínculo con sus estudiantes. Cuando trabajamos en estas zonas, con situaciones de emergencia, los niños vienen con dificultades emocionales, falta de afecto; algunos incluso han perdido a sus padres y les ha tocado enfrentar situaciones difíciles; somos nosotros los encargados de ayudar a canalizar esas emociones para que se sientan un lugar seguro.